Facilitar los procesos de cambio implica definir estrategias que nos permitan anticipar y acompañar las distintas transiciones de manera exitosa.
Hoy, desde la Neurociencia tenemos la posibilidad de definir acciones más certeras y sobre todo favorables para que las personas, puedan mantener una sensación de armonía y bienestar pese a la incertidumbre y lograr los objetivos organizacionales que preveemos.
Son los Líderes los que a partir de su facie más emocional tienen la posibilidad de impulsar los cambios, de generar identificación e impulso innovador positivo acompañados de un Plan Maestro de Cambio actualizado a los conocimientos que tenemos actualmente en Neuroliderazgo.
Observando los cerebros de algunos Líderes, sobresalientes, por cierto, veremos que contrariamente a lo que se pensaba hace años, existe mayor actividad en las áreas emocionales, que en aquellas donde prima el pensamiento lógico, en el área prefronta a la hora de ejecutar un Plan de Comunicaciones.
También sabemos que el 75% de las personas ante la sensación de incertidumbre, tomará decisiones erradas, considerando que, de no contar con un Líder resonante, actuaran movidos por el miedo y la ansiedad.
Desde nuestra visión todo Ejecutivo que lidere personas debiera considerar una preparación especial en Neuroliderazgo, a los efectos de conocer su perfil y conocer su mapa influenciador, de ahí el desarrollo del Coaching Terapéutico, realizado por psicólogos laborales expertos en la materia.
Adicionalmente, contar con espacios de retroalimentación asidua garantizara la sensación de desarrollo, aprendizaje y afiliación en las personas, dado que en la situación de Evaluación del Desempeño general la situación de evaluación activa la competencia y desalentando el trabajo en equipo.
La equidad social y las conductas de cooperación dentro del ámbito laboral también deben ser tomadas en cuenta. Los resultados en el trabajo pueden ser influenciados en gran medida por la relación satisfactoria con los compañeros.
El recibir un trato justo activa las mismas zonas de recompensa en el cerebro, que cuando se reciben incentivos económicos. Esto se debe en gran medida porque el espacio laboral tiene necesariamente una dimensión social.
Los climas de trabajo disonantes y las relaciones de trabajo poco constructivas, activan en el cerebro las mismas zonas que el dolor físico. Esta zona también está encargada de monitorear conflictos y detectar errores, enviando señales de alerta a la corteza prefrontal, encargada de la resolución de conflictos.
Un líder debe estar preparado y realmente consiente de lo que implica liderar en esta época… se trata de cambiar la personalidad de los ejecutivos se trata de enviarlos nuevamente a la universidad-sencillamente se trata de contar con asesoramiento experto y con Estrategias de Change Management alineadas con los conocimientos actuales, enfoque más aterrizados, que faciliten la sincronía y más a la medida de los tiempos que corren.